El canciller Olaf Scholz y los 16 gobernadores estatales de Alemania llegaron a un acuerdo ayer martes sobre normas más estrictas para limitar el alto número de migrantes que llegan al país, consiguiendo consenso en un tema que se ha convertido en un enorme problema político para el gobierno y que ha generado polémica en la sociedad.
Las nuevas medidas incluyen una agilización de los procedimientos para asilo, restricciones a las prestaciones otorgadas a los solicitantes de asilo y mayor asistencia financiera a los estados y comunidades que más lidian con la entrada de migrantes.
Hablando ayer martes en la mañana tras una reunión que tardó varias horas hasta bien entrada la madrugada, Scholz, un socialdemócrata que lidera un gobierno de centroizquierda, llamó el acuerdo “un momento histórico”, un comentario que revela cuán controversial el tema se había convertido para el gobierno.
CENTROS ATESTADOS
Los centros de alojamiento de refugiados se han estado llenando en meses recientes y Scholz, quien enfrenta fuertes presiones de la oposición y otros sectores para que frene la tendencia, ha dicho que “están llegando demasiados” migrantes.
Alemania también ha recibido más de 1 millón de ucranianos desde el inicio de la invasión rusa de ese país.
En semanas recientes ha habido gran actividad oficial en el tema migratorio, incluyendo leyes para facilitar deportaciones, penas más severas para contrabandistas, normas para que los solicitantes de asilo puedan trabajar más pronto y revisiones temporales en las fronteras con Polonia, República Checa y Suiza.
Los gobiernos federal y locales acordaron ayer martes modificar el sistema para financiar los costos de recibir a los solicitantes de asilo. A partir del próximo año, el gobierno federal pagará un monto único anual de 7,500 euros (8,000 dólares) para cada solicitante de asilo en vez de una cifra total anual de unos 3,700 millones de euros.
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