LABUHAN, INDONESIA.-La incesante lluvia ha dificultado ayer las labores de los equipos de rescate de Indonesia que registran palmo a palmo el litoral del estrecho de Sonda azotado el pasado sábado por un tsunami, cuyo último balance de víctimas aumentó hasta los 429 muertos y 154 desaparecidos.
La violenta erupción del volcán Anak Krakatau, a unos 50 kilómetros de mar adentro desde la playa Carita, provocó la noche del sábado un corrimiento de tierra que creó olas de entre 2 o 3 metros de altura y que tardaron 25 minutos en llegar a la costa. Más de 16,000 personas han sido trasladadas a campamentos temporales en lugares elevados ante la amenaza de que una nueva explosión del volcán provoque un segundo maremoto.
Por la estrecha carretera que bordea los más de 100 kilómetros de la costa javanesa es incesante el tránsito de ambulancias, furgonetas de los organismos de emergencias, camiones militares, coches de policía y vehículos cargados con provisiones.
En la población de Labuhan, centenares de personas se agolpan sobre el suelo en esterillas colocadas en uno de los edificios habilitados como centro para guarecer a los desplazados.
Las autoridades, que en un principio confundieron el tsunami con una fuerte marejada, señalan que el país no cuenta con sistemas de alerta de tsunamis provocados por la erupción de un volcán.
Alta actividad sísmica
— Vulnerable
Indonesia se asienta sobre el “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona de gran actividad sísmica y volcánica que es sacudida cada año por unos 7,000 temblores, pero la mayoría moderados.
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