Ana Ramona García, oriunda de Moca, nunca pensó que ser maestra iba a ser la profesión de su vida. Desde niña sentía pasión por el diseño de modas, pero a la edad de 16 años tuvo que partir de su pueblo natal y trasladarse a Santo Domingo para cubrir unas vacaciones de su cuñada, quien era maestra en una humilde escuela.
“Quería ser diseñadora, pero elegí algo mejor, diseñar el futuro de la nación dominicana por el elemento más importante: la educación”, explica García con un tono de firmeza en sus palabras.
Por las precariedades económicas de sus padres y deseos de superación, decidió acceder a la propuesta de impartir docencia en octavo curso con un salario de RD$89.00, lo cual era suficiente para costear sus gastos.
Aunque trabajaba en una escuela, a sus 23 años no había finalizado sus estudios secundarios. Duró varios años siendo profesora de octavo, pero sintió la necesidad de superarse y encarar con amor su realidad, “ser maestra”.
“A pesar de las adversidades y de no haber concluido mí bachiller, seguía con mi trabajo de maestra. Lo más importante para mí siempre fue educar y brindarle amor a mis alumnos”, dice García.
Decidió trabajar informalmente en el día y durante la noche estudiaba en el Programa de Recualificación Profesional (Prepara) del Ensanche Ozama. Luego, ingresó al programa de Cenapec y finalizó sus estudios de bachillerato.
No fue hasta el 2004 cuando Ana García a los 58 años se graduó de licenciada en Educación Básica en la Universidad de la Tercera Edad.
Proyecto
“Para el período escolar 2000-2001 quedé desempleada. Esta situación fue de gran sorpresa ya que no contaba con otro método de ingreso económico para sostenerme. Mi familia y amigos manifestaron su apoyo y sembraron en mí la idea de tener mi propia “escuelita” ñcomo le decían”, afirma García.
“El proyecto fue concebido en el 2002 con el propósito de formular, crear y organizar los elementos y las condiciones necesarias para fomentar la educación de mi localidad”, expresa García con una sonrisa de satisfacción.
Agrega que el centro, ubicado en el sector Palma Real de Los Girasoles, no contaba con suficientes espacios donde se brindara el pan de la enseñanza.
Para iniciar el proyecto, acudió a la Federación Dominicana de Desarrollo y solicitó un préstamo de RD$50,000.
Ya el capital material estaba dado, con él, compró butacas, mesas, juegos infantiles, masillas, pinturas y todas las herramientas de trabajo.
Estimaba que si se inscribían 50 alumnos, podría pagar el préstamo con pocos meses de funcionamiento. Pero no fue así, en su primer año triplicaron el monto esperado de estudiantes.
En el 2002 la mensualidad del centro educativo era de RD$125. Contaba con tan solo cuatro empleados. Hoy día, el colegio es la fuente de ingresos de 16 familias de la comunidad.
Retos
Según un informe del Foro Económico Mundial 2011-2012, de 142 países evaluados, República Dominicana ocupa el puesto 140 en materia de educación.
Apunta una población general de 3,515,470 estudiantes, mientras que el país mantiene una tasa de escolarización entre 76 y 82%, baja formación en la mayoría de los 65,470 maestros del sector público, altos niveles de repitencia en los estudiantes y una alta tasa de deserción escolar.
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