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MADRID.- La selección de Brasil se medirá a la de Serbia, en los cuartos de final del campeonato del Mundo de baloncesto (miércoles 18.00 horas GMT+2, 12:00 pm hora local) con el objetivo de cumplir su gran propósito del torneo, luchar por las medallas.
Con la misma plantilla con la que compitió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, en la que consiguió un quinto puesto que supo a poco, más la incorporación del pívot Nenê Hilario, Brasil es uno de los grandes tapados del Mundial España 2014.
Con un equipo más cuajado, más hecho y, sobre todo, con tres pívots contrastados, Hilario, Tiago Splitter y Anderson Varejao, Brasil aparece en todas las quinielas para luchar por el podio mundialista.
Rubén Magnano, entrenador argentino de los brasileños, ha sabido conjuntar un equipo que antes se limitaba a ser la suma de algunas buenas individualidades, con lo que su potencial se quedaba bastante disminuido.
Ahora, como se vio ante Argentina en octavos de final, la selección brasileña sabe sufrir en la pista, trabajar sin desconcentrarse y esperar su momento para imponer su calidad técnica y física.
Serbia, por su parte, ha ido de menos a más a lo largo del campeonato y aunque su primera fase no fue especialmente buena, la victoria ante Grecia, campeona invicta del grupo C, en octavos de final le ha catapultado en lo que a confianza se refiere.
El equipo balcánico también tiene pívots de altura y fuerza comparables a las de los brasileños, sobre todo con Miroslav Raduljica y Vladimir Stimac, aunque parece que su juego exterior es el que puede suponer más problemas para los sudamericanos.
Milos Teodosic, Bogdan Bogdanovic y Nemanja Bjelica si tienen un día inspirado en el tiro pueden amargar el partido a cualquier selección.
Otro aspecto importante para el encuentro será la aportación que pueda tener Nenad Krstic. El pívot serbio apenas ha podido rendir acorde a su calidad debido a una reciente lesión de rodilla, pero si puede aguantar más de quince minutos en pista con un nivel medio-alto podría igualar las cosas bajo los aros.
Brasil sabe que se juega poder alcanzar su objetivo de luchar por las medallas, pero Serbia no desaprovechará su oportunidad, si los sudamericanos se la conceden.
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